Caldereta de Langosta
Ingredientes
2 kg de langosta
2 cebollas
2 dientes de ajo
½ pimiento verde
250 gr de tomates
1 manojo de perejil
7 cucharadas de
aceite de oliva
1,5 litros de agua
Rebanadas de pan para
sopa o pan tostado
Sal
Elaboración
Sobre una tabla de madera, cortamos las langostas en vivo y
separamos las cabezas de las colas, guardando los jugos en un bol a parte.
Abrimos los troncos y sacamos el intestino negro, con las manos o con la ayuda
de una de sus guías o antenas. Separamos también las patas y demás guías. Si
las langostas son hembras, guardamos los huevos en el bol, al igual que hacemos
con los estómagos e hígados. Por último cortamos las cabezas por la mitad y los
cuerpos en rodajas, guardando asimismo los jugos. Aparte, picamos fino las
cebollas, los ajos, el pimiento verde. Ponemos el aceite en una cazuela de
barro y lo sofreímos todo a fuego lento. Cuando la cebolla esté transparente,
añadimos los tomates picados a trozos muy pequeños (también se pueden rallar o
pasar por la batidora). Lo dejamos cocer lentamente unos 10 minutos. Ponemos
las langostas en la cazuela y las sofreímos un poco. Incorporamos los jugos, el
agua y el perejil picado, lo salamos y lo cocemos todo a fuego vivo unos 15
minutos. Cuando hierva, bajamos el fuego y lo dejamos durante una media hora
más. Mientras, picamos finamente en un mortero los huevos, los estómagos e
hígados con un poco de ajo y perejil, mojándolo todo con el resto de líquidos y
un poco de agua. En cuanto queden unos pocos minutos de cocción, incorporamos
la picada a la cazuela. Apagamos el fuego y dejamos reposar la caldereta un par
de horas como mínimo. De hecho, si se puede dejar de un día para el otro queda
mucho más sabrosa. Para servirla, se vierte en platos soperos el caldo con los
trozos de langosta y se acompaña con las rebanadas de pan tostado.
“Que tu medicina sea tu alimento, y que tu alimento sea tu medicina”. Hipócrates
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